El reloj del Adviento es reloj que impulsa y
despierta.
Nos invita a velar, a permanecer despiertos, vivos,
activos,
comprometidos, con un rumbo claro y no equivocado.
Nos encaminamos hacia Belén.
Ahora toca dejarse prender por la vela del primer
domingo,
que nos impulsa a no caminar en la oscuridad ni en el ensueño,
sino en
la senda de la búsqueda y del encuentro.
Luz del Adviento, despiértanos del sueño de la oscuridad.
Ayúdanos a caminar por la senda de la sencillez,
el desprendimiento y el don de sí.